El COVID-19 es una enfermedad respiratoria reciente la cual todavía está en investigación y aún no se ha encontrado una vacuna o tratamiento contra esta enfermedad. La forma de contagio puede ocurrir de persona a persona, por las gotas que se esparcen al toser, estornudar o hablar o al tener contacto con una superficie que esté infectada, nos llevamos las manos a la cara y el virus entra por las mucosas del cuerpo (boca, nariz, ojos). Este virus puede durar horas o días en una superficie. Los síntomas pueden aparecer de 2 a 14 días luego del contagio. Para prevenir el contagio se utilizan medidas de aislamiento social quedándose en las casas y de higiene como: lavarse las manos con agua y jabón por más de 20 segundos, saludar de lejos a no menos de 6 pies de distancia, no tocarse la cara, desinfectar superficies… Entre los síntomas más comunes se encuentran: fiebre, tos y falta de aire. También las personas podrían presentar congestión nasal, dolor de garganta, dolor de cabeza, diarreas, malestar general, conjuntivitis, entre otros. Actualmente se tratan los síntomas que va presentando el individuo para aliviarlos y que su cuerpo pueda combatir la enfermedad. Las personas pueden visitar su médico o bajar el App de Tu Salud Virtual para consultar un médico por telemedicina cuando comienzan a presentar síntomas para recibir el tratamiento temprano y se puedan realizar los laboratorios necesarios para llegar a la detección del virus. Hoy en día no todos los laboratorios en Puerto Rico realizan las pruebas para la detección del virus y las pruebas están escasas. Por lo que al obtener una orden de laboratorio se aconseja llamar al CDC para verificar donde puede realizar la prueba. Por el momento, es el propio cuerpo del paciente el que va a combatir el virus. El problema está en que el virus se replica rápidamente y se puede alojar tan lejos como en los alveolos de los pulmones. Es aquí donde ocurre el intercambio de Oxígeno y como el virus del COVID-19 se replica tan rápido la persona podría desarrollar dificultad respiratoria, inflamación en los pulmones, pulmonía… En adición otras bacterias y hasta hongos podrían alojarse en esta área complicando la enfermedad. El momento de acudir a una Sala de Emergencia es cuando después de haber tratado los síntomas que presenta el paciente se le añade la falta de aire o dificultad respiratoria, ya que es muy posible que el paciente necesite asistencia respiratoria de un ventilador mecánico y tratamiento de bacterias y hongos que se puedan desarrollar por el alojamiento del virus en los alveolos de los pulmones.
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